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Cocina China

Muchos platos chinos se pueden preparar sin carne ni pescado. En China existe una gran cantidad de verduras que se cocinan de formas muy diferentes. Las recetas para los tallarines o el arroz son infinitas, y las posibilidades de combinar estos ingredientes con platos como la cuajada de judías (tofu) son ilimitadas. Las deliciosas salsas chinas convierten la cocina de este país en la base ideal para una cena vegetariana.
El mayor atractivo que a mi juicio encierra la comida china es su rápida preparación. Esto significa que la mayor parte del tiempo se emplea en cortar las verduras, normalmente en trozos muy pequeños. El sofrito, procedimiento por el que se preparan gran parte de los alimentos, garantiza la conservación de su valor nutritivo.
La presentación también es importante. La cocina rápida no apaga los colores, y es posible realizar todo tipo de combinaciones atractivas. Los diferentes estilos culinarios permiten conseguir distintas texturas: los alimentos fritos son tostados y firmes; los rehogados, crujientes y, según la salsa utilizada, picantes; y los guisados son tiernos. La variedad de sabores se consigue cocinando los alimentos en distintas salsas.
Para cocinar al estilo chino no hacen falta utensilios especiales, aunque un wok es de gran ayuda. Un wok es un recipiente de fondo redondo, y unos 35 cm de diámetro, que normalmente lleva dos asas. Los hay de muchos tipos: con acabados antiadherentes, con quemadores portátiles y hasta con tapadera. Si no dispone de un wok puede utilizar una sartén corriente o una cacerola ancha y abierta. También es útil tener una selección de espátulas, espumaderas y freidoras, y hasta los palillos pueden ser de gran ayuda. Por supuesto, los cuchillos bien afilados son indispensables para cortar los alimentos.
El vino, tanto blanco como tinto, es un buen complemento para una comida vegetariana china, pero hay un delicioso ponche chino de mi invención, ideal para que todo vaya sobre ruedas.
Los ingredientes esenciales de la cocina china se encuentran normalmente en supermercados, aunque lo mejor es ir a una tienda especializada.
El entrante ideal para esta comida son las empanadillas con salsa agridulce, cuya variedad de texturas y sabores es sorprendente. Este plato es mucho más apetitoso que cualquiera de los que pueda probar en un restaurante chino.
La comida se puede servir como una sucesión de platos, como se hacía en los banquetes chinos. A la hora de elegir, nunca encontrará escasez de colores, texturas y sabores; además, ni siquiera los invitados más preocupados por la salud tendrán nada que objetar en cuanto al equilibrio dietético del menú.
Insista en el uso de los palillos: esto da más ambiente a la comida y en seguida se aprende a manejarlos.
Como plato principal podríamos ofrecer choca mein o arroz frito (los dos son muy nutritivos y casi no necesitan refuerzo alguno). Yo siempre sirvo esta comida con un plato de verduras salteadas, pues resulta mucho más colorida. La salsa de crema de cacahuete hará las delicias de sus invitados, y puede utilizarla a diario como acompañamiento de las verduras.
Esta comida llena bastante y no necesita más que un postre ligero; la macedonia de frutas china es realmente deliciosa.
Sin duda habrá notado que estos platos se prestan perfectamente a la improvisación y la experimentación. Por ello, entre otras cosas, la cocina china resulta tan divertida.